Feminismo Radical
¿Qué es realmente el feminismo radical? ¿cuáles son sus bases? ¿y por qué es llamado radical? Estas son algunas de las preguntas con las que empezamos el cuarto módulo de la 3ra generación del Programa de Estudios Feministas de LUNA, esta vez partimos de la mano de Ayme Roman filosofa de la Universidad de Barcelona.
Para la mayoría de las personas hablar de feminismo radical es hablar de sobre extremismos, intransigencia y la tendencia del uso de la fuerza para lograr la emancipación de las mujeres. Sin embargo, esta idea de la violencia equivalente a la radicalidad es un error en su conceptualización, el feminismo radical se puede considerar como la rama menos comprendida y la que más polariza a la opinión pública.
El feminismo radical, proviene del latín “radicalis” que hace alusión a la raíz. Significa ir al meollo del asunto; implica conocer la raíz de la opresión, como diríamos coloquialmente en México es descubrir el hilo negro del problema, muchas de las feministas radicales las cuales repasaremos a continuación contribuyeron de gran forma a evidenciar los problemas de género que antes eran considerados como privados y parte de la naturaleza; a través de estas tesis reconoceremos la frase “Lo personal es político” que nos ayuda a cuestionar y ser consciente de la opresión que vivimos en y a través de nuestras relaciones, por supuesto también a través de nuestro propio cuerpo.
El feminismo radical rescata los conceptos de feminidad y masculinidad, para realizar el principal análisis sobre la opresión de las mujeres. Friedan nos comparte que la feminidad es producto de una serie de refuerzos y condicionamientos culturales, es decir lo marca como un constructo social; como un mecanismo que inhibe el proceso de maduración emocional e intelectual de las mujeres. De la misma manera podemos problematizar el constructo social de la masculinidad o virilidad, como un modelo hegemónico de masculinidad asociado al control, dominio, invasión, desapego, etc.
Por otro lado, Firestone nos dice que la opresión de la mujer es una cuestión de orden natural, la subordinación de la mujer existirá dada la capacidad gestante. Por ello, los modelos de feminidad y masculinidad son solo las manifestaciones de una diferencia sexual, naturalmente determinada. La opresión proviene de los roles asignados de género, siendo que los roles femeninos están dispuestos a servir al hombre.
Kate Millett, habla más acerca de estos roles a través de su tesis La Política Sexual; hasta qué punto la feminidad y la masculinidad, los patrones de comportamiento que podemos observar en hombres y mujeres en vez de ser manifestaciones de una diferencia sexual, a histórica, biológicamente determinada, son realidad producto de refuerzos y condicionamientos culturales. No existe una razón intrínsecamente masculina, las mujeres no están determinadas por la naturaleza a la emoción.
Carol Hanisch, escribe en 1969 un texto titulado “Lo personal es político”, lo hemos escuchado infinidad de veces, podemos decir que este es uno de las más grandes ideas feministas de la actualidad. Hasta este punto hemos coincidido en que la opresión es el patriarcado, estos preceptos e instituciones en las que se basan las diferencias entre hombres y mujeres. Las instituciones patriarcales controlan las vidas de las mujeres, aun las esferas privadas.
El feminismo radical aparece inmerso en los movimientos sociales de los años 60s, las mujeres que volvieron a ser relegadas a un papel secundario cuestionaron su regreso y concluyeron que la raíz y madre de todas las opresiones era el sexo – género. Se ha hecho también un análisis profundo sobre la cosificación sexual, la cultura de la violación y las relaciones de poder en la cama. El feminismo radical es importante ya que nos remite al cuestionamiento crítico sobre lo que la opresión de la mujer y nos da las herramientas necesarias para continuar con el camino de emancipación de la genealogía de la mujer.