REFLEXIONES FEMINISTAS

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En la actualidad, el feminismo se ha venido señalando como una forma de agresión de las mujeres hacia los hombres, como si se tratase de la llamada “Guerra de Sexos”, en donde se cree que la mujer busca y pretende cambiar el rol al que se venía acostumbrando en el heteropatriarcado.

El feminismo no busca una confrontación entre la mujer y el hombre, lo que se desea es la reivindicación de la mujer en la sociedad, en la cual se ha fomentado el androcentrismo y se ha anulado la creatividad y toma de decisiones a las mujeres. Va más allá del género, lo biológicamente adquirido, que en muchos casos nos limita y cuestiona por nuestras accones, nuestros pensares y decisiones; se trata de comprender que las mujeres somos sujetas, individuas que formamos parte de una sociedad, que somos humanas y en ese sentido, merecemos ser nombradas como sujetas de Derechos Humanos.

A las mujeres, históricamente, nos imponen una jerarquización que nos coloca en el peor lugar, somos encausadas a un sometimiento, a una deplorable estima hacia nosotras mismas, somos las de abajo, mientras que los hombres, son los de arriba. Por supuesto que no importa la clase social a la que pertenezcamos, esa jerarquización va directamente ligada con el género, como si no fuéramos personas, en muchos de los casos, somos números y objetos que pertenecen a alguien más.

La socialización influye demasiado, sea con la familia, las amistades, en el ámbito laboral, se van replicando conductas que van encasillando a las mujeres en un lugar de “segundo término”, basta ver la alimentación hacia los varones, a quienes se les fomenta una mejor alimentación, porque en apariencia son los más fuertes; las mujeres, por otro lado, la única posición a la que somos merecedoras, es a lograr con éxito el maternar, como si a partir de ese momento, pudiéramos ejercer una elevación de jerarquía. A las madres, se les impone la educación exclusiva de las hijas e hijos, es en las madres en quienes recae la conciencia de criar bajo prácticas sociales que sirven para replicar hijas e hijos que sirvan para perseguir el modelo patriarcal, es decir, a las madres se les impone traspasar, a los varones, por un lado, el machismo que van a ejercer sobre las mujeres y a las mujeres, por otro, a ejercer la sumisión que les merecen los varones y no es algo que se haga de manera consciente, es una práctica invisible, las madres terminan siendo las marionetas del mismo sistema que las oprime.

Esa conducta social llamada machismo, que en realidad son las prácticas cotidianas donde los hombres, a través de los años han implantado en la mente de la sociedad, que les han servido para ejercer el poder en el sistema que ellos mismos han edificado como patriarcado. Y si tomamos en cuenta que son “conductas” aprendidas, entonces, también podemos “desaprenderlas”, porque lo que aprendemos también podemos desaprenderlo y sabiendo que al opresor no le interesa dejar de serlo, es entonces cuando necesitamos tomar como mecanismo de defensa, desde el grupo oprimido al feminismo, que es lo que nos va a llevar a tomar conciencia, sin caer en la dureza de hacerlo al mismo tiempo y con las mismas técnicas.

Así como el machismo ha sido el arma principal de los hombres para ejercer el poder, el feminismo puede ser el arma principal de las mujeres para repeler ese poder y llegar a encontrar un equilibrio entre la opresión y la reivindicación. Pero hay algo que necesitamos comprender y es que el sistema opresor no quiere dejar de serlo, por eso, a lo largo de las diferentes olas de feminismo existentes, el sistema patriarcal también ha tenido que evolucionar, pues no quieren perder la jerarquía a la que estaban acostumbrados, es por eso que se lee y se escuchan frases como “ni machismo ni feminismo, igualdad”, “las mujeres odian a los hombres”, “el machismo no existe, porque yo crecí en un matriarcado”.

Llegan al grado de replicar frases ilógicas, pues el matriarcado no existió, existe y muchísimo menos es lo que se busca, un matriarcado conlleva a convertir al grupo opresor en reprimido y al reprimido en opresor, la capacidad de cuestionamiento y análisis real, fomenta, la desinformación, incluso entre el grupo oprimido.

Sin duda, el feminismo es la base de toma de conciencia para las mujeres y se requiere aprender a desaprender todas las conductas que nos dijeron que estaban bien desde que nacimos. Una de las mejores formas de encontrar respuestas, es justamente entablar una conexión en nuestro linaje materno, nuestras madres, abuelas, bisabuelas, tías, primas, entendiendo el pasado, podremos reconocer el presente y replicar un futuro distinto.

Nov 5, 2019 | Feminismo Radical

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