¿El feminismo es para mí?

¡Tengamos el valor de aprender lo que siempre debimos saber!

Carta para mi amiga la que cree que hay una esencia femenina

 Yo sé que a ti te han dicho que tienes una esencia y que esa esencia: la esencia femenina, surge cuando seas madre, cuando te entregues a un hombre, cuando sepas cuidar a los demás con todo el amor, la entrega incansable y la belleza de tu ser femenino.

Se que te han dicho que estás incompleta, desde que vienes de la costilla de un hombre y que únicamente estarás completa estando al lado de uno de ellos.

Se que te hacen sentir que tú único valor está en tu cuerpo, en tu cara, en tu cabello y en tu belleza. Se que muchas veces te has sentido un mueble, un adorno, un silencio, un maniquí. También se que aveces te enojas y te preguntas si la vida entera se tratará sólo de esto: de ser femenina y hermosa.

Yo he estado ahí, en ese mismo lugar, muchos años de mi vida.

Pero cruzando ese mar de información dulce y rosa que te han dado, hay un montón de hermanas que no conoces.

Hermanas que viven en otro lugar, que tienen otra información, que hacen todo eso que tu soñaste algún día cuando eras niña, rebelde y libre.
Esas hermanas que tú no conoces no creen en la belleza como un valor para ti, no creen que al ser madres estarán plenas, no creen que el amor que te jerarquiza por debajo de un hombre sea el amor más importante, ellas no creen que debes pasar la vida limpiando, cocinando o maquillándote, tampoco sonriendo, ni en silencio.

Las hermanas que no conoces se organizan, hablan de todos los temas que en tu casa son pecado, danzan a la abuela luna, hacen siembras de la sangre menstrual, tienen redes, muchas redes de mujeres; abogadas, feministas, aborteras, parteras, filósofas, niñas, abuelas, mujeres medicina, ginecólogas, activistas, luchadoras, guerreras, raperas, amazonas, educadoras, compañeras, hermanas.

Todas tienen algo en común, su objetivo es la libertad y la emancipación de una y de todas.

Yo sé también que te han dicho que son malas.
Nada de eso es verdad, te han mentido.

No hay esencia.
Hay roles.
Hay opresión y sobre todo hay expectativas sobre ti para que el mundo funcione a través de ti y a través de tu cuerpo, para que todo siga igual, todo camine igual.
Y te mienten cuando te dicen que con eso serás feliz, pero te mientes más tú cuando lo crees.

Cuando crees que tu meta en la vida es ser bella, esposa y madre.
Tampoco es verdad.

Tú eres mucho más que un rol impuesto por otros sobre ti y tu vida entera, tu eres pensamiento, tu eres fuerza, acción, rabia también, eres llanto y eres orgasmos, eres el mal y eres el bien, eres la bruja, eres la chamana, eres tu abuela que abortó, eres tu tía que nunca se casó, eres tú bisabuela que se escapó de esa relación violenta, eres la voz de tu madre cuando pensaba si eso era todo, después de haber hecho 3 comidas y limpiado la casa y cuidado a los hijos/as.

Ahora tú estás aquí y puedes dejar las cosas tal y como están y creer que la belleza es tu valor más importante y sentirte siempre incompleta si él no está y sentir que no eres una mujer realizada porque todavía no tienes hijos o que ya lo estás porque ya los tienes.

Solo tú puedes elegir cruzar el mar y cuestionar, cuestionarlo todo, pensarlo tú y dejar de ser esencia, belleza y rol para ser una mujer que piensa la vida por sí misma y piensa la vida para ella misma, poniéndose al centro de todos sus anhelos, abriendo un mundo completamente diferente de lo que has visto.

Se también que aveces sientes que es mejor dejar todo como está, hacerle la comida, preparar su ropa, dar el biberón y acostarte a dormir…
Pero se también que tienes una intuición, cuando te acuestas y todo está tranquilo y piensas: ¿habrá algo más?

Si hermana, si lo hay.

Esta del otro lado del mar y el mar es profundo y grande, pero cuando toques la tierra nueva, sentirás que todo valió la pena, conocerás a todas las que estamos acá y sabrás que tienes tribu y sabrás también que se acuerpa tu llanto cuando miras de reojo la tierra vieja de donde vienes, pero acá se camina en tierra morada y juntas hacemos una morada en la que las mujeres nos ponemos al centro de nuestras vidas, diciendo, reclamando y vindicando eso que sabemos que es nuestro y nos lo han quitado, esa libertad se grita y la rebeldía se acuerpa, la lucha se da, no sólo por nosotras, también por todas las que vienen.

Para que algún día, al fin, llegue esa generación de niñas para las que la tierra morada sea su piso, el mundo sea suyo y la vida se viva en alegría para todas nosotras.

El día que tú elijas nadar tienes que saber que aquí estamos muchas, esperándote.
💜

~ Andrea Gómez

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