Por Tessa Galeana
El panorama que se vive para las mujeres activistas feministas en México, es demasiado terrible. Dos de nuestras compañeras fueron asesinadas los días pasados, Yunuen López, activista y abogada e Isabel Cabanillas, activista y diseñadora.
Dos mujeres que creyeron en alzar la voz a través de sus acciones en pro de la mujer, dos mujeres que lo único que querían, era reivindicar a las mujeres en esta sociedad, en la que se nos ha querido mantener en el olvido. Ellas fueron víctimas de la misoginia, el machismo y la nula seguridad que el Estado nos da.
Acallaron sus acciones, sus voces, sus cuerpos yacen en tumbas frías, que hoy, no las representan. A ellas las representa la pasión, el amor por lo que hacían, su legado está con nosotras, porque quienes seguimos vivas, somos sus voces, sus acciones.

Dos estados, de los más violentos, Morelia y Ciudad Juárez, en donde la impunidad sigue teniendo a las mujeres en una posición de lucha constante, a la defensiva. Mujeres aguerridas, que creyeron en un mundo diferente, pro mujeres, feministas, apasionadas. Hoy, ellas pagaron el precio de la muerte, así es el activismo en México, así es alzar la voz, así es estar en el foco de la atención.
Yunuen tenía 24 años, fue secuestrada el 1 de enero de 2020, por un hombre que había sido su compañero de estudio, quien se decía su amigo y quien cobró rescate para dejarla en libertad. Yunuen fue asesinada por él. Su cuerpo fue encontrado el 9 de enero, en un departamento de Morelia.
Isabel tenía 26 años, era estudiante de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, formaba parte del colectivo Hijas de su Maquilera Madre, le gustaba el arte, así era ella, a través de sus pinturas alzaba la voz de ella y de todas. El pasado 18 de enero, su cuerpo fue encontrado en una acera, asesinada con un arma de fuego.

Dos mujeres, con contexto y realidades distintas, pero convergiendo en la misma causa, la defensa de los derechos de las mujeres, feministas, apasionadas con sus acciones, militando un movimiento en el que creían, exigiendo al Estado seguridad, gritando en lo alto por ellas, por nosotras, por todas.
El gobierno mexicano sigue sin brindarnos un Estado de seguridad a las mujeres, se sigue dando el mismo mensaje de siempre “no hay castigo real para asesinos, violadores, secuestradores”, nos dicen que no son maneras de protestar, que hay una mejor vía ¿por qué asesinarnos sí es la vía?
El precio de ser mujer en este país es la muerte, a manos de hombres misóginos, machistas, hombres que saben sus privilegios, que no le temen al castigo, porque no lo hay. Yunuen e Isabel, fueron asesinadas por el Estado encubridor, por hombres, por la sociedad que sigue sin darnos garantía de vivir una vida plena y completa. Yunuen e Isabel creían en ellas, en sus acciones, creían en nosotras, en todas, luchaban en colectividad por las mujeres. Eran activistas de a pie, poniendo el cuerpo y el alma feminista.
Es por eso, que hoy, nosotras exigimos justicia en memoria de Yunuen e Isabel, ellas son nuestras hermanas, porque tocan a una y nos tocan a todas. Basta de que el Estado siga encubriendo a los asesinos, de que a nosotras se nos esté arrebatando la vida por alzar la voz a las injusticias, basta de que se nos siga queriendo callar.
#YunueneIsabel
#NiUnaMenos