El poder unirse a esta lucha, el poder poner los puños en alto y gritar “ya basta”, es solamente uno de los muchos privilegios que experimentamos. Sí, el feminismo es una ideología que busca ser un movimiento en México y que, sin embargo, sigue siendo extremadamente elitista. Sí, como feministas buscamos la emancipación de la mujer pero seguimos generando un ambiente de exclusión entre nosotras. Y claro que queremos que nuestra voz sea escuchada pero tenemos miedo de escuchar las voces de miles de mujeres mexicanas que son extirpadas de la posibilidad de siquiera empezar a cuestionarse el sistema. Dentro del feminismo no existen dos historias iguales por lo que es absurdo pelearnos por generar un “pensamiento feminista aceptado” y una “forma correcta de unirse al movimiento”. Lo que nosotras consideramos fundamental para la lucha puede convertirse en algo insignificante para mujeres que necesitan una solución práctica inmediata; para mujeres que se aferran cotidianamente a la vida que la violencia en sus comunidades insiste en quitarles. No convirtamos al feminismo en nuestro país en un movimiento excluyente, dejemos de generalizar las experiencias de otras mujeres desde nuestro privilegio y empecemos a fomentar espacios de sororidad en donde nuestras hermanas se puedan sentir seguras, aceptadas y escuchadas. Es hora de dejar atrás el egoísmo, es hora de que estemos realmente unidas pues es la única manera en la que no seremos vencidas.
El patriarcado y la educación machista
El patriarcado y la educación machista Por Tessa Galeana Mucho se habla de la educación patriarcal señalando a las mujeres como principales educadoras, es decir, se les atribuye a las madres la...